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domingo, 31 de enero de 2016

El encanto de tu inocencia. Parte II

Control, repito una y otra vez en mi mente. Luego de varios segundos, alzas tus manos y entrelazas tus dedos alrededor de mi cuello, en cuclillas me das un ligero beso en el cuello, otro en la mejilla y por último uno en los labios, tan sutil como el satén. Quisiera no querer atreverme a seguir pero, es demasiado tarde, desde el momento que ésto comenzó mi cerebro se saturó de dopamina y no lo desmiento, me siento como un canalla al utilizar la anatomía como excusa. Comienzo a besarte pero ésta vez no me detengo, te cargo y te acuesto lentamente en el sofá desgastado de la casa de tu amiga. Acaricio lentamente tus piernas y cuando tu cuerpo comienza a relajarse me adentro en ti, por sobre la sensación disfruto  en mi recóndito interior tu expresión de sorpresa y placer simultáneamente. No me detengo, no hay nada que me haga hacerlo, la adrenalina que recorre por mi cuerpo me hace querer más a tal punto de estar en la obligación de bajar el ritmo para lograr respirar. Tú, por otro lado, tan apacible como el mar en la noche, pero con una mirada tan depredadora como el mismo mar en una exorbitante tormenta. Y es ahí, cuando voy a explotar, no lo contengo, tú tampoco lo haces.

Rápidamente me levanto y busco mi ropa, ya es hora de irme, ya terminé lo que tenía que hacer. Unos ojos confundidos me siguen a todas partes, alcanzo tu ropa y dulcemente beso tu mejilla  y te pido que te cubras. Antes de cerrar la puerta, echo por última vez un vistazo a la sala para corroborar que todo esté limpio y en orden. Camino a la parada del autobús. Cayendo la noche conversamos como viejos amigos, como si nos conociéramos de hace años y me alivia saber que entiendes que lo nuestro sólo fue casual, sólo fue una tarde.

Una hora más tarde, camino a casa, enciendo el celular que apagué desde que tomé el desayuno, y tengo un par de mensajes de mi novia.

"Pendón, fue un error, te pido  una oportunidad, no quise engañarte, él no es importante. Tú sí"
"Amor, lo siento. Vamos a hablar ¿Me puedes perdonar?"

-Quedemos para hablar. Claro que puedo perdonarte  Ya estamos a mano - Presiono la tecla "enviar".



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